Cruces cruzadas

Cuando todo esté oscuro, te iluminaré.

Me reencarno en unión, en luz, en intenso sabor de un café amargo. Abjuro de las sensaciones y te encuentro.
Tu pelo de olor a limón me alegra la noche, sin desperdicios de tiempo, sin desteñidos y tristes momentos que nos marcan el rastro a seguir.
El perdido recodo del camino en el que no supimos elegir, guiados por el corazón pero no por los sentimientos.
Regresa y alegrame de nuevo las noches con tu llegada. Ilusiones que, perdidas en la immensidad del tiempo, se reencuentran en el momento del trabajo duro, del siguiente escalón, del levantamiento.
Las rocas que obstaculizan cualquier destino se interpondrán también en el tuyo, pero yo te ayudaré a superarlas.
Algún día descubrirás un rincón, en mitad de un sendero que lleve a un castillo al que solo tu puedas llegar. 
En ese rincón descubrirás una sombra agachada, buscando algo con sumo interés. 
No le temas, pues seré yo, en el mismo lugar en el que nos separamos.
Allí te perdí, allí me encontrarás.