Mundos soñados en sueños mundanos

Anoche soñé con una sociedad en la que no se especulaba con el miedo. No se necesitaban amenazas de atentado contra la integridad del individuo ni del pueblo para que se respondiera de forma unánime e inteligente a los quehaceres del día a día.

Anoche soñé con un mundo en el que se premiaba la bondad y no la despreciable habilidad de pisoteo al prójimo en pro del propio beneficio.

Anoche soñé con un pueblo que no necesitaba fronteras para sentirse único, y sin ellas gozaba de total libertad de movimiento e interacción con el resto. Sin barreras culturales, ni ideológicas. Sin impedimentos en la comunicación y sin miedo a perder la propia identidad.

Anoche soñé con un pueblo libre, que no necesitaba armas para defenderse de sí mismo, porque no se atacaba.

Anoche soñé que dormía, sin dolores de cabeza ni de corazón. Sin cargos de conciencia por vivir, por pensar, por soñar.

Anoche soñé con el planeta en el que me gusta pensar que muchos merecemos vivir, con el planeta que deberíamos construir, con el planeta en el que quisiera que viviéramos.

Por suerte soñar es gratis, nadie podría pagar el precio de un sueño así.

Anoche soñé, pero esta mañana he despertado.